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lunes, 25 de junio de 2012

VIVENCIAS.........UN RECIVO SIN COBRAR


Hace muchos, muchos años atrás, cuando yo era un crio en un cuerpo de adulto, pues mis 188 cm y mi cuerpo atlético, trabajado en la disciplina del atletismo y baloncesto, hacían de mí en apariencia una persona de 20 años, pero con una mente infantil, dada mi inexperiencia y mi gran juventud.

Por esos años, mi preocupación, era el sacar unas pesetas de aquellas para mi economía, así que acepte el trabajo de recaudar las cuotas, de una asociación de hombres que habían dejado de cobrarse, por fallecimiento en cuestión del recaudador, sin extenderme más, para no aburrir al lector, decir que en una tarde de verano pase a cobrar a una casa que se me resistía y tenía una deuda de un año, lo curioso es, que solo adeudaba la cantidad de 500 pesetas, así que sin mucho entusiasmo llame a la puerta en cuestión, una voz femenina me contesto desde el interior avisándome que esperara, que abriría la puerta en cuestión de segundos.

Al abrirse esta, ante mí, apareció una mujer de unos 45 años, pero muy bien llevados, para mi sorpresa, me encontré con una mujer que tan solo tenía puesto una mini toalla cubriéndola el cuerpo mojado tras haberse duchado.   Al interrogarme sobre mi presencia y escuchar mis balbuceos sobre el cobro de unos recibos, la mujer opto por hacerme pasar al interior, supongo que no por mi respuesta, mas, si no, por las miradas de sus vecinos que pudieran verla.

Ya en el interior, mas tranquilamente la esplique el tema de los recibos, no muy bien pues como libro abierto que soy, mis mejillas eran como dos faros de color rojo, y mi entrepierna, aumento considerablemente de tamaño, mi polla la tenia dura y tiesa,  a pesar de tener la mirada bajada por mi inocencia, en mi mente, se sucedían las imágenes una tras otra de la mujer, en mi mente surcaron sus tetas desnudas, y su coño abierto.

 A pesar de estar tapadas sus tetas por la toalla, estas se marcaban y se hacían notar, sus piernas largas, totalmente desnudas, eran la antesala de su entrepierna y su coño, cada vez me ponía mas encendido, creo que me olía mi estado de excitación , al final de mis explicaciones se dirigió a por el monedero, por arte de magia, o casualidad, la ligera toalla se deslizo de su cuerpo, aparentemente ella denoto sorpresa, pero para eso, mi cara, como yo había pensado, tenía dos pares de tetas, “joder que buena estaba”, y su coño solo era tapado por un ligero felpudito que le hacía muy apetecible.

 Me quede inmóvil, fue ella la que se acerco y me pregunto si me gustaba lo que veía, mi contestación afirmativa, la produjo una sonrisa, de miserable y perversa ama sádica.   Sin mediar palabra me pidió que la follara, yo iluso de mi, la dije que ella estaba casada, una segunda sonrisa me produjo más nerviosismo, ella me contesto que su marido le hacía el amor lentamente, pero quería que yo se lo hiciera salvajemente, como un macho en celo ante una hembra, sin contemplaciones, en ese momento tras mirar su sonrisa comprendí lo que quería.


Tras desnudarme rápidamente y sin preliminares me cogió mi polla  y tumbados en el sofá se la introdujo en su coño, mis embestidas eran alucinantes, intensas, hasta creo que la hacía daño, pero sus gemidos eran de lujuria, perversión y de placer, tras el primer polvo, me llevo a la cocina para beber un poco de agua y allí mismo me pidió que se la metiera otra vez, la empuje hacia la pared, la cogí por la cintura y pasando mi polla entre el culo y su coño la embestí bruscamente, ella grito de placer, entro sin problemas pues de lo caliente que estaba era un rio de leche de la anterior corrida, yo seguía follándola con grandes acometidas, para mí, era una carrera de 400metros lisos, donde no te da tiempo a pensar tácticas, es todo o nada, todo potencia y yo era un corredor que embestía una  tras otra.

 Sus gritos y gemidos, solo hacían de mi que siguiera fallándola, arremetida tras arremetida, mis manos pasaban de sus tetas hasta su culo, aferrándola por la cintura, ella sujeta a la pared gemía y gemía, su cara era lasciva como una perra en celo, no sé cuánto tiempo paso, pero mi polla empezó a dolerme, hasta que los dos llegamos a corrernos al mismo tiempo, yo me la saque, corriéndome en su espalda, mi leche fluyo, pues la extendí por toda ella como masajeándola, su coño, empapado y blanquecino, sus dedos se pasaron por mi polla y de esta a sus labios, su cara de sádica se remarco más aun, mi satisfacción fue plena.


Tras acompañarme a la puerta, me dio las 500 pesetas de la deuda y mirándome a los ojos me dijo que no hacía falta que regresara al mes siguiente, pues su padre había fallecido hacia un año, dando las gracias, me marche a cobrar otro recibo, sin quitarme de la cabeza, mi primer polvo que  había echado, con tan solo 16 años.



Lo que haga vuestra mano derecha, que no lo sepa la izquierda.

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